Hace unos dÃas terminé de leer La biblioteca de los libros rechazados —gran libro— y uno de los personajes dijo la siguiente frase «Yo creo que hay que desconfiar de la gente a quien le gustan los libros». Me hizo bastante gracia cuando la leÃ, pero también me pareció supercuriosa, tanto asà que no ha dejado de dar vueltas por mi cabeza.
Uno de los libros de Benito Taibo relata un encuentro entre lectores. Sebastián y el tÃo Paco reciben una visita, se trata de un hombre que mira con admiración la biblioteca que tienen en casa, de allà surgen conversaciones y una inevitable complicidad. Cuando Sebastián termina de referirse a ese hecho, dice que los lectores son como un culto o una secta —otro comentario que me causó gracia—, pues tenemos una forma de entendernos, casi como si habláramos en otra lengua y como si el mundo fuera otro. Eso me pareció curioso.
Es cierto que nos entendemos de manera diferente. Hay una complicidad porque ya sabemos qué es trasnochar por leer solo «un capÃtulo más», disfrutamos del chisme literario, echamos ojo en las librerÃas y no nos molesta manosear un libro. Esos son solo detalles, asà que hablemos de las tramas. Podemos estar conectado por los trayectos de Kings Cross a Hogwarts, los bailes con Mr. Darcy, una caza de vampiros o porque sabemos lo que se siente pasar una tarde completa hablando con el tÃo Paco.
Un nuevo mundo se abre en nuestras mentes, los lugares que se narraban entre las páginas ahora se hacen reales y parece que conocemos a los personajes de toda la vida. Mientras escribo esto, me suena de lo más normal de la vida, pero no puedo negar que a veces siento que he perdido la cabeza, ¿seré la única?
En ocasiones, la ficción me supera. Creo que estoy deschavetada. Tal vez por eso toma sentido la frase que les compartà al principio, no hay que confiar en los lectores. Es que tienen un pie en este mundo y otro en la ficción, han leÃdo tantos personajes que ya saben cómo entenderlos, además se pierden entre palabras por horas y horas. ¿Quién confiarÃa en esa gente tan loca? Ja, ja, ja, ja.
Fuera de chiste, ¿no soy de confianza? A mà me parece que sÃ. De tantas vidas vividas, creo que puedo entender a los demás. Es extraño el misticismo que se puede formar sobre los que leen, no somos más ni menos que nadie, solo vivimos en las nubes y somos de confianza.